Hola Andreita. Crucemos
algunas palabras ¿sí?
De las pocas ganancias
que encuentro al pasar por esta vivencia está el hecho de volverme más
emocional y sensible, lo cual opaca todo lo denominado malo que me pueda estar
sucediendo. Dicha emocionalidad y sensibilidad se hace evidente cuando tengo
contacto con aquellos que me conocen y descubro que me valoran como yo a
ustedes. He leído tu preciosa carta y confirmo; soy más sensible que antes.
Te quiero contar, antes
que nada, que estoy bien y al atravesar esta situación (la prisión es sólo una
parte) he confirmado que soy una persona feliz. La felicidad no puede depender
de dónde estamos o dónde no estamos; tampoco de con quién estamos o con quién
no. En la carta dices: “me alegra saber que estás bien, tratando de vivir
‘bien’.” Te digo que a mí me alegra que pienses así. He puesto todo de mi parte
para hacer que esta vivencia me sea lo menos trágica posible y descubro, al
pasar de los días, que me duelen más los seres queridos que yo mismo. No pude
evitar que todos aquellos que me han conocido y que ahora saben de esta
situación se hayan sentido mal en un momento. Pero, sabes, si hay un malestar
en las emociones de ustedes allá afuera y en mí aquí dentro, eso es muestra de
verdadero cariño.
Recuérdame con alegría
como escribiste. Lastimosamente las cosas malas opacan las buenas y a pesar de
tantos y bacanos momentos que vivimos en cinco años de carrera, todo pareció
ser borrado por algo tan insignificante que ni tengo idea qué fue. Parece ser
que es necesario atravesar por estas situaciones para que salgan a flote buenos
sentimientos y, mejor aún, que nos atrevamos a expresarlos. Tú dices “ahora nos
damos cuenta de lo invaluable que fue en algún momento poder dar un abrazo,
hacer una llamada o establecer un encuentro entre amigos”. Me he puesto a
pensar y no puedo creer que en todo este tiempo distanciados no reconociéramos
el valor de lo que en algún momento pudimos compartir. Prefiero creer que lo
reconocíamos pero faltó valor para expresarlo. ¿Es necesario pasar por algo así
para reconocer y expresar el verdadero valor de una gran amistad? Parece. Sí,
la vida a veces nos da lecciones duras y de ello aprendemos.
“Debemos valorar la
vida con lo que tenemos y con lo que nos hace falta”. Qué bonita frase mi Andre.
Mira que toda esta situación me ha hecho valorar más la vida y el hecho de
vivir. Es el primer regalo que recibimos de Dios al nacer y al saber esto no
puedo más que dejar atrás todo sentimiento fatalista que pueda entrar en mi
mente. Debes estar totalmente tranquila y feliz de que sigamos vivos y
viviendo, que cada respiración nos recuerde que tenemos el grato regalo de ser
y estar y si, algún día, no somos o no estamos, en nuestra conciencia quedará
el agradable sabor de haber sido o haber estado ahí para alguien y el dulce
recuerdo de quienes fueron y estuvieron junto a nosotros. Te aseguro que si
vives no habrá de qué arrepentirte.
“Cada día te recordaré
con alegría”. Nena, como te decía, es lo mejor que podemos hacer en situaciones
adversas. Mi forma de luchar contra los sentimientos que nos agobian es
atacarlos con otros totalmente opuestos y a eso te invito. “Te recuerdo como
una buena persona”. Agradezco sin duda que así lo hagas. Estarías en tu total
derecho de recordarme como alguien por el cual sufriste cuando compartimos
tantos momentos. Sé que no fui el mejor hombre pero al leer tu carta veo que
las cosas buenas y el gran cariño que un día nos unió han prevalecido y es
ahora cuando nos damos cuenta de ello. Toda adversidad trae algo bueno y poder
dejar atrás resentimientos y olvido que no le hacen bien a nadie, es de las
mejores ganancias que obtenemos en medio de esta complicada situación. Aunque,
como dices, es casi imposible que nos veamos; para la visita tengo cupo para 10
personas que vienen entre sábado (hombres) y domingo (mujeres). Gracias a Dios
mi familia es numerosa y súper unida lo
que me da mucho ánimo aquí encerrado. Además, quisiera molestar lo menos
posible a los demás, pues la vida tiene que seguir un curso normal. Es aquí y
ahora que le doy el máximo valor al hecho de haber compartido el mutuo
sentimiento de aprecio expresado en gratos momentos de compinchería, cariño,
trabajo, estudio, viajes, alegrías, problemas, pobrezas, riqueza, salud,
enfermedad, dolor, placer, luz, oscuridad y todo lo que se vive en cinco años
de una hermosa y valiosa amistad y eso, no nos lo puede quitar nadie ni con
prisión ni con nada.
De lo que ha sido de mi
vida, tienes conocimiento de dónde me encuentro y el tiempo de condena (lo cual
no quiere decir que vaya a estar todo ese tiempo preso). Me casé, me divorcié.
De mi matrimonio te cuento que sin duda funcionó mientras duró. Trabajé en
varios lugares enseñando inglés y unos meses enseñando español. Acá en la
Modelo estoy enseñando (tratando) a leer
y a escribir a un grupo como de 30 condenados. Supe que te casaste también y
que estabas trabajando en un colegio. Espero todo en tu vida marche de la mejor
manera posible o, al menos, que como yo, lo afrontes y aproveches al máximo todo
lo que implica vivir.
Intentaré contestarte
todo lo que preguntaste en la carta.
“¿Cómo te sientes?”
RTA: Creo que no me
siento tan mal como muchos creen. Hace muchos años me prometí ser feliz sin
importar lo que tuviera que vivir y eso hago. Por supuesto en ocasiones me siento
encerrado; pero también recuerdo muchos momentos, antes de estar preso, en los
cuales igualmente me sentía encerrado a pesar de tener lo que conocemos como
libertad. Algo que me agobia es pensar en los demás, en el dolor que pueden
sentir al pasar por esta situación. Pienso mucho en mi familia y lo difícil que
fue para ellos asimilar que “el bebé” de la casa tuviera que estar en una
cárcel. Ojalá (o tal vez ojalá no) la condena la pagáramos solo los presos,
pero no es así; mis seres queridos están sufriendo tanto o más que yo mismo. Lo
que llamamos justicia es algo que, al sufrir y ver el sufrimiento de los demás,
confirmo que es totalmente injusto, (estoy seguro que así mismo piensan muchas “víctimas”
y supuestos beneficiados de la justicia). Nada que hacer, pertenecemos a este
Estado social y debemos responderle al mismo.
Siento, a pesar de
todo, mucha paz conmigo mismo y agradezco a Dios la posibilidad de vivir y
experimentar muchas cosas nuevas, conociendo de primera mano lo que para muchos
otros no es más que mitos o leyendas. Siento que la vida se hace a cada paso y
vivir no significa tener solamente
alegrías aunque, cada cabeza es un mundo y si queremos ver lo que atravesamos
como un constante sufrir y llorar, pues estaremos en nuestro derecho, pero por
ahora no quiero ver nada de esa manera.
Siento que no me
preocupa el futuro; por el contrario me ocupo del presente. Estoy totalmente
seguro que algo tendrá que suceder y cuando llegue el momento ya veremos qué
pasa. Me siento rodeado de buena energía y aprecio y eso me brinda gran parte
de la paz que siento.
“¿Cómo es la vida
allá?”
RTA: Respecto a lo que
hago en un día por lo general es: me levanto 5:30am. Me baño, desayuno, a las
7:00 debemos formar en el patio para que nos cuenten y confirmen que aún
estamos presos. Entre 7:00 y 9:30am no se hace mucho. A veces veo algo de TV o
leo algún libro. A las 10:00 debemos bajar a almorzar. ¡Sí! Almuerzo a las
10:00am. Luego, a las 11:00 juego algo de fútbol o voleibol o hablo con amigos,
en ocasiones duermo y en ocasiones escribo. A las 2:30 debemos recibir la
comida y a las 4:00 de la tarde se realiza nuevamente el conteo de los
internos. En la noche veo TV, leo, escribo, juego parqués o ajedrez y otras cosas.
Por lo general me acuesto tipo 10:00pm. La vida acá es un poco monótona; la
monotonía se rompe a veces por alguna pelea entre internos o por la visita del
fin de semana que genera un ambiente diferente o por los operativos (rascada)
que realiza la guardia, durante los cuales revuelcan todo en busca de algo
ilegal (ya me han cogido un par de veces, pero no ha pasado nada grave). Hace
apenas una semana comencé a trabajar (descontar) en Educativas; tengo que
enseñar a leer y escribir a algunos presos aunque espero hacer más que eso. La
jornada de descuento va desde las 8:00am hasta la 1:00pm.
Respecto a las personas
y las relaciones aquí tengo que decirte que estoy en uno de los patios más
tranquilos de la modelo. Este, que --- (perdona, no encuentro el corrector) es
conocido como el patio de los violos, es ahora llamado el patio de convivencia.
Algo que ocurre tanto dentro como fuera de la cárcel es la estigmatización por
el delito sexual. Un “violador” puede ir desde una inocente persona que fue
denunciada por una mujer celosa para obtener algún beneficio o venganza o aquel
que sin pensarlo ni quererlo tocó la cola de alguien en su normal
desplazamiento por la calle, hasta aquel que ataca a alguien con el firme
objetivo de perjudicar su tranquilidad, abusarle y hasta matarle. Yo me
encuentro por allí entre estos extremos; tuve una relación
consentida-clandestina, que duró seis meses, con una pelada de 13 años y los
papás al enterarse colocaron el debido denuncio. Te cuento esto con la
esperanza de la comprensión y la relativa tranquilidad que puede impregnar el
hecho de no querer hacer daño a nadie y, como tú dices, estoy asumiendo las
consecuencias de mis actos, lo cual me da algo de paz para decírtelo.
“¿Cómo va tu caso en la
parte legal? O ¿ya todo está dicho?”
RTA: Estoy presentando
un recurso que se llama casación con el fin de conseguir algo de rebaja en la
condena y, aunque me está colaborando una buena abogada (son escasas), creo que
no hay mucha esperanza. El proceso fue así: Primero condenado a 254 meses,
luego presenté una apelación solicitando rebaja y nada, me confirmaron la
sentencia y ahora la casación. Las posibilidades de descuento son: Trabajar en
Educativas, el descuento es de un día por tres de trabajo. Otra opción es
presentar proyectos o actividades y así obtener alguna felicitación. Otra es
escribir un libro y en eso estoy. Otra es que venga el Papa (imposible que en
veinte años no se aparezca por acá) y descuenten algún porcentaje. Todo lo
anterior es evaluado por un juez de Penas y Medidas que espero vea más allá de
lo superficial. Hay otras posibilidades de salir mucho más pronto, pero morir
no me llama la atención.
“¿Qué sientes que te
hace falta o necesitas?”
RTA: Es raro, creo que
no me falta mucho, es decir no me siento necesitado. Algo importante (tal vez
lo más) es la familia y pues, gracias a Dios, ahí están incondicionalmente
conmigo. Me reconforta mucho saber que he vivido y compartido de la mejor
manera posible con todos aquellos que me rodean y, si en algún momento alguien no
puede estar presente en mi vida, en la vida, siempre tendré los mejores
recuerdos en mi mente cuando yo quiera y la tranquilidad de haber vivido
rodeado y rodeando de amor.
Me gustaba salir a
caminar en las noches. Una vez, como a la una de la mañana abrí los ojos de
repente y en medio del frío y la oscuridad me sentí como si estuviera en el
apartamento donde viví solo los últimos meses en la calle. Quise levantarme y
dar una vuelta por la calle. Cuando recordé dónde estaba (con la luz prendida
imposible no hacerlo) salí de la celda, caminé por el pasillo, perturbé el
sueño de los que duermen por el pasillo (hacinamiento) y eché una miada. En eso
terminaron mis ganas de caminar por la ciudad. Quisiera bailar; aunque aquí lo
he hecho un par de veces, no es lo mismo que bailar con una mujer de verdad. Me
hace falta la música, aunque se oye radio, me gustaría oír la canción que yo
quisiera y poner los videos. Oye, releyendo lo que escribí, me doy cuenta que,
lo que creo me hace falta, son cosas que parecen no tener mayor importancia.
Analizo y creo que lo más importante nunca he dejado de tenerlo.
“¿Qué tienes ahora que
no tenías antes?”
RTA: Sin duda, tengo
mucha paz interior. Pasé de momentos de angustia por mi integridad personal a
momentos de paz pero encerrado. Algo un poco extraño que luego te contaré. Algo
importante para mí es el hecho de no decir mentiras, no ser falso. Antes de
caer aquí estaba mintiendo y diciendo verdades a medias lo cual no me generaba
ninguna tranquilidad y por el contrario me traía problemas con los demás y,
peor aún, conmigo mismo. Descubrí que poder ser totalmente sincero es tener más
del 50% de mi paz interior ganada.
Tengo además un
despertar de emociones, o mejor, una expansión de las ya existentes que no se
habían elevado al nivel actual. Se siente muy bien estar tan emocional y
sensible.
Tengo suficiente tiempo
para leer o escribir, para socializar con los demás internos o para dormir. Lo
que no tengo es la posibilidad de producir dinero y el hecho de tener que
depender de los demás es, creo yo, lo que más me angustia.
Algo súper importante
es que tengo la posibilidad de experimentar, vivir de primera mano situaciones
que para la mayoría de las personas son sólo mitos (la cárcel, el delito, el
encierro, etc.). Lo mejor de todo es que he conocido y aprendido mucho sin
mayores traumas (sólo un par de peleas y la conciencia del encierro) o
situaciones que no sean soportables. La sincera actitud positiva que he
mantenido me ayuda mucho a enfrentar cada día.
Te tengo a ti y a
muchas otras personas que se han interesado en saber cómo me encuentro y se han
solidarizado brindando apoyo emocional que es de gran importancia. He
recuperado el contacto con seres queridos que han vuelto a mi vida a demostrar
que me conocen, me aprecian y valoran en verdad la amistad.
“¿Cómo es el lugar
donde estás?”
RTA: La planta física
está compuesta por mmm… espera, primero te cuento que hay 11 patios en toda la
cárcel (Anexo psiquiátrico, Alta seguridad, Delitos sexuales, Nuevo Milenio,
etc.) y te voy a describir el patio 1A en el cual me encuentro ¿ok?
En el patio hay un
edificio de 4 pisos. En cada piso hay dos pasillos y en cada pasillo hay 20
celdas o sea que hay como 160 celdas en total. La mitad de las celdas tienen
1.50m x 2m en donde duermen 2 presos (uno en la cama y el otro en el suelo), la
otra mitad tiene 1.50 x 3m en donde duermen 3 o 4 personas (yo estoy en celda
de 4 personas, 2 estamos en camas y 2 duermen en el suelo). Haz cuentas, en el
patio hay, hasta hoy que te escribo, 774 personas ¿cuántos duermen dentro de
celda y cuantos en el pasillo?
Cada pasillo tiene un
televisor y un DVD. Los baños están al fondo, un lavamanos con 2 o 3 llaves 2
duchas 2 o 3 inodoros para casi 200 personas por piso.
Hay un espacio abierto
frente al edificio de aproximadamente 20m. x 40m. donde se juega fútbol o
voleibol o yermis. En ese espacio abierto es donde nos tenemos que formar para
la “contada”. Hace poco colocaron unas antenas bloqueadoras de señal para que
no se pueda utilizar celular. Todo lo que te estoy contando creo que se puede
ver en internet, debe haber fotos ¿no?
En la figura 2 se ve el
pasillo. A la izquierda están las celdas que, como en las películas, son en
rejas pero acá las tapamos con papel y las pintamos para que se vean como puertas
normales. A las 5 o 6pm los que duermen en el pasillo extienden sus colchones
para dormir.
En la figura 1 se ve el
patio. A la izquierda el edificio. Yo vivo en el piso 4. Lo que está a la
derecha es parte de los talleres a donde algunos internos van a trabajar. Los
días de visita, todo se ve muy organizado. Entre semana se ve ropa colgada por
las paredes, en cuerdas, en rejas y por todo lado como en las cárceles.
En el resto el cárcel
hay patios muy similares, una cancha de fútbol, parqueadero, el lugar para
hablar con los abogados, con su respectivo vidrio blindado.
Bueno mi Andre eso es todo por ahora. Yo sé que todo saldrá bien. No te olvido y sé que afuera también me recuerdan. Hay un gran grupo de personas acá dentro, hombres inteligentes, bacanos, buenos amigos, trabajadores, culpables, inocentes, víctimas de la negligencia. En futuras ocasiones te contaré casos de total injusticia.
Abrazo, saludos a
todos. Buena energía.
Atentamente
Diego Raúl Rodríguez
Ostios
P.S. Gracias por lo que
has hecho y colaborado.
Tuve la oportunidad de conocer a este gran personaje, el Señor Ostios... note que es un tipo brillante, bastante intelectual, nada hueco, poco carismatico y hasta antipatico de alguna manera, pero un gran personaje, anhelo que todo le salga bien y pronto tenga la oportunidad de estar en libertad.
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