¿Qué pasa por la
cabeza a mi hija? Una pregunta típica de la mujer protagonista de esta
historia. Era una mujer responsable de su hija Stephanie Sánchez, una
adolescente algo difícil de controlar; extremadamente rebelde por que su padre
la abandonó tan solo a los dos años. Su madre trabajaba todo el día para
poderle pagar su colegio, lo que necesitaba o quería, pero un salario de
aseadora no le alcanzaba para mucho. Ellas peleaban todos los días sea por
culpa de la madre o de la hija.
Stephanie no le
confiaba nada a su madre Patricia, siempre le evadía y a cualquier cosa bonita
que hiciera por ella le hallaba lo malo y eso las llevaba a una pelea. Un día común y corriente en el colegio de
Stephanie, más específicamente a su salón llegó un chico nuevo; al cual le
gusta Stephanie y viceversa. Al pasar el tiempo y luego de coquetear todos los
días decidieron hacerse novios, cada uno le presentó la familia al otro y se
juraban amor eterno, era una pareja envidiable y se adoraban. Así su amor fue
creciendo por dos años hasta que decidieron dar el segundo paso, los dos
totalmente de acuerdo hicieron el amor por primera vez, los dos tomándolo algo
más que solo físico sino ese algo que daban con amor y ternura.
Ya mucho después de
eso, y amándose cada vez más, decidieron hacer un viaje, donde todo se arruinó.
Johan, el novio de Stephanie, se fijó en una chica más joven, bonita e
inteligente que ella y lastimosamente dejó de lado a Stephanie; ella devastada
pensaba que sin él no era nada, y una noche encerrada en su cuarto buscó unas
pastillas y murió por intoxicación…
Su madre la
encuentra, al ver que no responde rompe en llanto, se hace las típicas
preguntas ¿Por qué lo hizo? ¿Si le pasaba algo, por qué no me lo dijo? Con mil
dudas, sin nada concreto, pensó en Johan,
va al cuarto de su hija, llora
demasiado, se encuentra una carta de su hija en la que dice: “Mamita
de mi alma eres lo más preciado que tuve, quiero que me perdones por no
contarte lo que me pasaba; debí hacerlo pero ya es tarde, tal cual Johan me
cambio porque no fui suficiente para él, sé que no lo soy para ti. Te amo mucho
pero no merezco una mujer tan bella, hermosa y considerada conmigo, que hizo
tantos sacrificios por mí y me aguantaba siempre. Te digo que más que suicidarme
por lo que me hizo Johan lo hago para no molestarte más y darte tantos
problemas, sigue adelante con tu vida y tu bella sonrisa no será fácil pero no
es imposible. Te amo mucho pero nunca te supe valorar”… Patricia
desesperada llorando se queda pensando, y así pasaron meses, sin salir ni hacer
nada; hasta que siguió el consejo de su hija y volvió a levantarse; se volvió
psicóloga para ayudar a madres que habían pasado por lo mismo que paso ella,
pero jamás olvido a su hija hizo un hermoso altar en la pieza de Stephanie con
todas sus fotos y una frase que decía “Te
equivocaste yo te amo, pero no te merezco, jamás saldrás de mi mente porque lo
bueno nunca se olvida”.
Pau
11-03 Jornada Tarde
No hay comentarios:
Publicar un comentario