En principio sólo intentaba ser
un espacio que propiciara la lectura y la escritura a partir de una verdadera
necesidad comunicativa. Hoy entendemos que es una posibilidad de transformación
social porque este intercambio de textos nos permite a todos revalorizar los
conceptos de libertad, felicidad, justicia, familia… reconociendo profundas
problemáticas sociales y mejorando nuestras habilidades humanas para
entenderlos y enfrentarlos.
Hace unos meses el azar o el
destino, aún no lo sé porque no entiendo todavía la diferencia entre lo casual
y lo causal, puso en mis manos un proyecto maravilloso, era el borrador de la
novela “VERSIONES” que Diego Raúl Rodríguez Ostios había estado escribiendo desde
la soledad y el encierro de una celda en la cárcel Modelo de Bogotá. Pude
apreciar en la narración los elementos que más valoro en una novela de hoy,
pude encontrar en la historia ficcional toda la sinceridad de quien habiendo vivido, no puede dejar de expresar su vivencia y a través de ella comprender, como
dijera Kundera, los pliegues ocultos de la condición humana. Me enamoré en
seguida de esa novela que apenas se gestaba y tal vez también del personaje y
quise conocerlo, como en la novela el autor y el personaje se confunden,
tampoco yo sé si es más real Don Quijote que Cervantes, si el Diego del relato
o el Diego al que conocí y pude abrazar varios meses después.
Ahora trabajo con él en este
hermoso proyecto, muchas cosas han pasado que van a quedar consignadas aquí,
muchas cosas van a seguir pasando. Una obra de teatro, un poema, algunos
cuentos se han ido construyendo mientras la novela termina su proceso de
gestación.
Lo de las cartas ya no sé cómo
pasó, creo que fue por Jhon, el compañero de Diego en la prisión que escribe
poesía y a quien emocionaron mis cartas; o por Karen, mi estudiante, que me
ayudó con la digitación de la primera parte de la novela y escribió la primera
carta de un estudiante para Diego; o tal vez por Mauro, que hoy me acompaña con
tanta generosidad, con tanto amor y con tanta sabiduría que no sé donde caben
en un muchacho de 17 años, ayudándome en la construcción de este espacio que
nos va a permitir una comunicación más plena de todo este caudal de
pensamientos y sentimientos que se ha ido generando.
Quisimos involucrar a otras personas en estos
intercambios que nos parecían tan valiosos y tan ricos “Nada para mí que no sea
para los demás”, creemos en eso. Diego invitó a algunos compañeros a escribir
cuentos, yo invité a algunos de mis estudiantes a escribir cartas y aun con toda
las dificultades que una comunicación así puede traer, hemos conseguido un
material que hoy podemos mostrar con orgullo y compartir porque sabemos que
puede ser fuente de crecimiento espiritual para quien quiera verdaderamente
Leer lo que aquí dice.
chicos los felicito por ahora esta la forma de comunicarse con todo su exterior pero muy pronto sera de otra forma.
ResponderEliminarDiego te aprecio mucho y se que todo un día sera mucho mejor.
lluvia.