miércoles, 16 de abril de 2014

Poesía: MADRE ÁLVARO HERAZO PEREIRA

Madre, la angustia de hoy
no borra el vívido recuerdo de tu amor,
los primeros aromas encendieron mis sueños,
mirando tus ojos descubrí pureza,
hice mi mundo, como tu faz, espléndido.
En las noches de amor verdadero
renunciaste a tu sueño velando ante mí enfermo,
tuvo mi febril noche tu entrega sin limites
y cuanto más rendida más amor me mostrabas.
En mis primeros pasos tú fuiste mi cayado,
la fuerza de tu brazo me condujo orgullosa
todos mis triunfos han hecho eco en tus labios
qué feliz te decías de mis hazañas vividas.
Mi primera palabra, fue para tus oídos
una canción tan única que aún hoy recuerdas;
siempre maestra, con amor orientándome
en la sencilla lección de la existencia.
Aprendí a correr y corrí alejándome
del lar, en el que amor fue pan, tibio alimento,
anduve los caminos descubriendo
y ante los misterios tu consejo fue luz.
Hecho hombre partí, dejando un vacío en tu pecho
mas siempre que volví halle el nido dispuesto
tu pecho me acogió, puertas abiertas.
Oh raíz, la que nutre, la que sacia, da vida;
vives en mí, por siempre vivirás,
no huella, porque huella se borra con el viento,
no rastro, porque rastro se pierde con el tiempo,
más que todo, eres madre, y madre prevalece,
más que siempre eres vida, vida desde tu vientre,
más que tú, sólo Dios, y Dios te da la fuerza,
y Dios vino a mi vida en tus palabras
enseñando en plenitud y gracia y majestad,
porque tú, madre amada, buscaste lo mejor para mí
porque diste tus años forjando mi estatura,
y, aunque algunos fracasos he tenido
tú, luz, faro de amor, me orientas siempre.
A donde vaya madre, te llevaré conmigo

donde te encuentres madre, nuestro padre es contigo

C.C. 85203752
TD. 363362
PATIO 1A EC. MODELO BOGOTÁ

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